La recogida de residuos urbanos es uno de los servicios municipales, junto con la limpieza viaria, que más quejas y molestiaspor ruido genera.
Desde hace unos años, la recogida de residuos se realiza de forma selectiva, dependiendo de la fracción de que se trate (envases, materia orgánica, papel-cartón, vidrio y resto), lo que conlleva el uso de diferentes métodos y procesos que implican una mayor frecuencia de vehículos y operaciones por toda la ciudad.
Al proceder de esta forma, se origina un aumento de ruido y un incremento de las molestias a los ciudadanos.
Los diferentes tipos de vehículo recolector utilizados en el proceso de recogida pueden emitir un nivel de ruido muy variable, dependiente en muchos casos del estado de mantenimiento y de la antigüedad de la maquinaria.
Sin embargo, el camión de recogida de vidrio es sin lugar a dudas el que más molestias genera, debido al ruido de impacto en el proceso de vaciado del contenedor.
Otra fuente de ruido de estos vehículos, son las alarmas de aviso de marcha atrás y del sistema de elevación, que pueden superar los 85 dBA. Por tratarse de un dispositivo de seguridad, no se puede eliminar, pero puede mejorarse, siempre de acuerdo a la normativa correspondiente.
El nivel de inmisión sonora generado por la recogida de los iglús es 84,4 dBA, frente a los 81,8 dBA de la recogida de los contenedores pequeños. Este incremento en torno a 3 dBA se debe sobre todo, al mayor impacto acústico que se produce al vaciar el contenedor iglú.
No debemos olvidar que, normalmente, el límite acústico legal en periodo nocturno suele ser entre 40 y 45 decibelios, siendo el doble de potencia la suma de 3 decibelios al límite legal. Por tanto, 85 db significaría 15 veces el doble de lo permitido.